El gato no es un perro pequeño

Verónica Bonilla Cervantes
Verónica Bonilla Cervantes
16 jul 2025
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El gato no es un perro pequeño

En Europa representan el 55% de la población de animales de compañía, superando a los perros, que ocupan el 45%. En Ecuador, esta cifra alcanza aproximadamente el 32% y sigue en ascenso. Este fenómeno podría explicarse por su naturaleza cariñosa, la profunda conexión emocional que establecen con sus tutores, su comportamiento intrigante y personalidad única. Además, se adaptan bien a espacios reducidos.


Para aquellos que han compartido sus vidas tanto con gatos como perros, saben que las diferencias van mucho más allá del aspecto físico. La personalidad, el comportamiento y la forma en que interactúan son radicalmente diferentes. Esto demuestra que no se pueden equiparar simplemente como "perros pequeños".


Estas diferencias también se extienden a sus necesidades y cuidados médicos, que varían considerablemente. Por ejemplo, el estrés durante la hospitalización puede desencadenar en trastornos inmunológicos, problemas gastrointestinales y patologías dermatológicas en los gatos, afectando gravemente su recuperación médica.


Un estudio ha comparado las respuestas de miedo en gatos expuestos a perros desconocidos con las de personas que se enfrentan a situaciones simuladas de apocalipsis zombie. Según este estudio, ambos grupos experimentaron niveles significativos de miedo o terror. Por lo tanto, es crucial evitar la hospitalización de gatos junto a perros, para no exacerbar su estrés.

Otro aspecto crucial es la alimentación. Si un gato deja de comer durante, al menos, cuatro días o se abstiene completamente durante dos días puede desencadenar un proceso catabólico peligroso. Esto lleva a la descomposición de las proteínas musculares y grasas del propio cuerpo del gato para obtener energía, lo que resulta en pérdida muscular, debilitamiento del sistema inmunológico y complicaciones hepáticas graves como la lipidosis hepática. En tales casos, es imperativo restaurar el apetito del gato inmediatamente.


Además, el tratamiento de enfermedades virales en gatos presenta diferencias significativas respecto a los perros. Por ejemplo, la leucemia viral felina no debe ser tratada con estimulantes para las defensas, ya que, en este caso, el virus se replica en los glóbulos blancos, lo cual puede empeorar la condición del animal.


En cuanto a los cuidados, los gatos tienen vibrisas, comúnmente conocidas como "bigotes", extremadamente sensibles. Por ello, es crucial que el plato de agua, y también el de comida, sean lo suficientemente anchos para que no entren en contacto con estas sensibles vibrisas y no disminuya su consumo.

Artículo creado por

Medicina Felina

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Verónica Bonilla Cervantes